El Gobierno jura que no tiene en estudio ninguna modificación en Ganancias ni en Bienes Personales, pese a los reclamos de todo el arco gremial. Así lo expresaron ayer tanto el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray , como el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, en la conferencia de prensa en la que anunciaron la recaudación de febrero.
Por Martín Kanenguiser
Cuando LA NACION le preguntó a Echegaray si no consideraba lógico subir el piso de Ganancias -luego de que no se modificara en 2014- y de Bienes Personales -que no se modifica desde 2007- por la inflación acumulada, el funcionario dio una larga explicación, aunque no muy contundente.
En el caso de Bienes Personales -que se paga desde un piso de $ 305.000-, “la discusión es por un impuesto muy poco representativo, que en 2014 apenas recaudó $ 10.000 millones y abarca a muy pocos contribuyentes porque la formula de cálculo está lejos de los valores del mercado”, explicó.
Enseguida, se lamentó al recordar que el Ministerio de Economía que conduce Axel Kicillof le frenó el “paquete antievasión III”, que, entre otras medidas, incluía justamente una actualización de este impuesto con valores de mercado y un universo muy superior en términos de los contribuyentes que abarcaba.
Por Bienes Personales en 2010 se presentaron 606.000 declaraciones juradas, y el año pasado, 907.000, “porque la AFIP logró un aumento en las fiscalizaciones de las sociedades en el exterior a partir de la compra de bases de datos de varios países”, dijo el funcionario.
Sobre el tema de Ganancias, recordó: “Está la modificación de 2013 y, al igual que ese año, ahora hay 1.098.000 personas que tributan el impuesto, no hay más gente pagando, más allá de la preocupación entendible de los sindicatos”. Enseguida criticó a los analistas que señalan el aumento de la presión tributaria en este impuesto: “Sería bueno que estudien los números”, disparó. Lo cierto es que el reclamo del aumento del mínimo unifica a todas las centrales obreras, más allá de su alineamiento respecto del gobierno nacional.
Los trabajadores que ganan hasta $ 15.000 están exentos del pago de este impuesto y todas las propuestas legislativas de la oposición consideran lógico actualizar ese piso de acuerdo con el aumento de la inflación.
Con su habitual retórica evasiva, Pezoa también habló del tema, pero con tanto temor que terminó cometiendo un importante furcio político. “Permanentemente se está trabajando sobre los temas tributarios. Si hubiese algún cambio se informará oportunamente si lo adopta la máxima autoridad del país, es decir Alicia Kirchner, quiero decir, Cristina Kirchner”, afirmó el funcionario del equipo económico.
Fuente: texto publicado por La Nación (3/3/2015)