El Gobierno decidió bajar los impuestos internos a los autos, motos y embarcaciones con la esperanza de subir las alicaídas ventas (hasta noviembre cayeron 6,9%) y aumentar la producción nacional. A partir del 1 de enero los autos que superen los $ 800.000 pagarán 20% en vez de 50%, y el impuesto será del 10% para aquellos cuyo valor arranque desde los $ 350.000.
En julio pasado el impuesto interno a los autos había tenido su última modificación. Por eso actualmente los vehículos que cuestan menos de $ 310.000 no están gravados. Pero los que superan ese valor sí, y se dividen en industria nacional e importados. Los fabricados en el país pagan 10% (en la práctica 11%) y los importados 30%, pero la tasa efectiva termina siendo 42%. Luego, los autos que superan los $ 278.000 pagan 30% si son nacionales y 50% si son importados, teniendo estos últimos una tasa efectiva de 100%.
Con la modificación el Gobierno espera que los precios bajen, aunque es consciente de que la devaluación y la inflación son dos condimentos que no colaboran con ese objetivo. “Estamos eliminando trabas y distorsiones que limitaron la inversión con el foco en la generación de más y mejores empleos”, dijo el ministro de Producción, Francisco Cabrera. Y para argumentar su hipótesis añadió que “el sector anticipó inversiones por u$s 3800 millones a 2017 porque hay confianza en la capacidad del país productivo que está despertando”.
Para el caso de las motos, el 99% de la producción nacional no pagará impuestos internos ya que solo tributarán un 10% las que superen el valor de $ 65.000. Por su parte, las embarcaciones tributarán una tasa del 10% cuando superen un valor de $ 400.000.
La medida tiene una vigencia de seis meses con el objetivo de analizar el comportamiento del sector, supervisar los niveles de importación y realizar las modificaciones que se consideren necesarias en favor de la industria nacional y el empleo, explicó Cabrera.
Al mismo tiempo, el secretario de Industria, Martín Etchegoyen dijo que la “recaudación por el impuesto anterior era insignificante y la distorsión de precios, extraordinaria”. Según Etchegoyen “hay vehículos de gama media que se producen en el país pero no se comercializan porque el impuesto los transforma en inaccesibles”.
Desde la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa), el presidente Enrique Alemañy dijo que “la modificación realizada por el Gobierno permitirá a las empresas contar con previsibilidad para planificar y aumentar la producción y comercialización de aquellas versiones de los segmentos de vehículos que se han visto afectados, aumentando la oferta de mode los y las fuentes de trabajo en la cadena automotriz”.
Fuente: Texto publicado por El Cronista (30/12/2015)
Seleccionado por: Editorial Errepar