Criptomonedas, medición y exposición en el sistema contable

por

VALERIA TORCHELLI
GUSTAVO SÍMARO

La contabilidad como sistema de información debe receptar aquellas innovaciones tecnológicas y financieras que impactan en el mundo de los negocios. La aparición, consolidación y diversidad de las criptomonedas hace necesario que la disciplina contable tome rápida nota del fenómeno y dé respuesta sobre su incorporación al patrimonio, su medición y exposición. Riesgos y volatilidad caracterizan particularmente al tema.

I – INTRODUCCIÓN

La innovación tecnológica impacta en la sociedad de distintas maneras, con diferente intensidad y en oportunidades diversas. La contabilidad es parte del sistema de información que utiliza la empresa para tomar decisiones. La innovación tecnológica, junto al desarrollo de los negocios a nivel global, determinan la permanente transformación de las formas en que se realizan las operaciones económicas y financieras de las empresas, independientemente de la naturaleza material o inmaterial del instrumento utilizado para su concreción, lo que parece indicar la necesidad de generar una respuesta concreta desde la disciplina contable.

Una innovación de tipo tecnológica y financiera nos pone frente al desafío de evaluar su impacto en el sistema de información contable: nos referiremos a las criptomonedas en forma genérica, aunque más en profundidad y detalle abordaremos una de ellas, el bitcoin. Respecto a la respuesta que tiene que dar la contabilidad a los cambios, Alejandro Barbei(1) expresa: “la contabilidad ha sido influida de manera importante por los cambios en el entorno”. Así, por lo tanto, la contabilidad no es ajena a dichos impactos y de no receptarlos dejaría de ser una fuente de información para la toma de decisiones de usuarios múltiples, perdiendo así su distinción profesional al dejar de aportar valor agregado para los usuarios y de esta manera defender el interés público, valor muy destacado por las Normas Internacionales de Educación (International Education Standards – IES).

Existen algunos temas controvertidos y riesgos derivados que no se tratan en el presente, como la restringida identificación de los operadores, la legalidad de su existencia, su permeabilidad frente al sistema de prevención del delito de lavado de activos, la incertidumbre derivada de los cambios de su valor y la dudosa seguridad que brinda el sistema que soporta la información para permitir las registraciones contables relacionadas.

Abordamos esta problemática desde el marco de la teoría contable y a la luz de las normas contables existentes. Aquí analizamos su consideración como activo y las implicancias que se derivan de su tratamiento como tal; la determinación de resultados por cambios en su valor (alta volatilidad) y la discusión sobre la legalidad de su existencia, sin descuidar el tratamiento del marco normativo. El análisis contable se realiza en función de los marcos conceptuales de la Federación Argentina de Concejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE) y de las normas internacionales de información financiera (NIIF) de la Junta de Normas Internacionales de Contabilidad (International Accounting Standards Board – IASB).

II – MONEDAS DIGITALES. CRIPTOMONEDAS. UNA INTRODUCCIÓN AL TEMA

En la década de 1980 se crearon las primeras monedas digitales utilizando la criptografía. De acuerdo a la Real Academia Española, la “criptografía” es el arte de escribir con clave secreta o de un modo enigmático. Las monedas digitales son tecnologías pero expresan dinero que es, fundamentalmente, un lenguaje para intercambiar valor. La diferencia más notable entre una criptomoneda y el dinero fiduciario es la forma en que ningún grupo o particular puede acelerar la producción de dinero y usar este de forma ilegal o abusivamente de manera significativa. Esto es debido a que la generación de una cierta cantidad de unidades de la moneda se hace colectivamente, a una velocidad que está limitada por un valor definido con anterioridad y conocido públicamente.

En enero de 2009, con el nacimiento del bitcoin, la primera de todas las ahora llamadas criptomonedas, comienza un nuevo período en el proceso evolutivo del dinero. Satoshi Nakamoto, su desarrollador, en 2008 escribió una serie de artículos donde desarrollaba un sistema peer-to-peer de pago online basado en el sistema Blockchain.

La cadena de bloque (blockchain) es un registro público que registra transacciones entre dos partes de manera eficiente, verificable y permanente.

El bitcoin es una moneda para internet abierta, descentralizada y desregulada, es decir que no está controlada por ningún banco central sino que usa la criptografía como medio de control de las transacciones.

Bitcoin no es simplemente una moneda digital, sino una red de confianza que se extiende mucho más allá del restringido ámbito de las monedas. Es un conjunto de conceptos y tecnologías que conforman un ecosistema de dinero digital. Incluye cuatro innovaciones clave reunidas en una combinación única y potente. Bitcoin consiste en una red entre pares distribuida (el protocolo bitcoin); un libro contable público (la cadena de bloques o blockchain); un sistema distribuido, matemático y determinístico de emisión de moneda (minería distribuida) y un sistema descentralizado de verificación de transacciones (script de transacciones).(2)

1. ¿El bitcoin es dinero?

Conocemos que el dinero tiene tres funciones básicas: medio de pago, unidad de medida, medio de acumulación del valor. ¿Es entonces el bitcoin una moneda? Los economistas convienen en que el bitcoin tiene todavía algún camino por recorrer para cumplir con todos estos criterios. Lo hace mejor como medio de intercambio.

Medio de pago

El uso de bitcoin como medio de pago está lejos de ser adoptado por las masas, pero se usa como tal. Debido a su carácter volátil, es percibido más como una oportunidad de inversión especulativa y los usuarios lo utilizan para trading más que como medio de pago.(3)

Según Andrei Boar(4) hay tres inconvenientes en el uso del bitcoin como medio de pago: la demora en la validación (comprobación de la transacción) que puede durar hasta diez minutos; el miedo a un activo que se desconoce y el poco uso en el comercio, por el efecto arrastre (solamente 11.500 empresas lo aceptan en Europa).

Unidad de medida

En las debilidades que tiene el bitcoin como unidad de medida, principalmente dos son los factores que influyen: la alta volatilidad y la división del bitcoin. La volatilidad es una medida de la frecuencia e intensidad de los cambios del precio de un activo o de un tipo definido, como la desviación estándar de dicho cambio en un horizonte temporal específico.

Además de la volatilidad, hay otro factor que hace que sea poco útil el bitcoin como unidad de medida: su alto valor unitario.

Medio de acumulación de valor

El depósito de valor hace la función de ahorro en la economía y tiene que ser estable y ser imposible de falsificar para mantener la confianza. El miedo que tiene cualquier persona respecto de su capital es que se lo roben o desaparezca y en busca de su protección se destinan recursos a la seguridad del capital: caja de seguridad en las casas, depósitos en los bancos. En el caso del bitcoin, la falsificación es imposible y cualquier intento de producir bitcoins no oficiales quedaría rechazado por la red de nodos que controlan el sistema.

Otra de las ventajas son la guarda, ya que el bitcoin es una moneda electrónica y la cantidad limitada de oferta total de bitcoins (21 millones), que da estabilidad al sistema Bitcoin. Tal como hemos visto en párrafos anteriores los bancos centrales tienen instrumentos para aumentar o disminuir la oferta monetaria y por lo tanto depreciar o revaluar su moneda. El problema nace cuando se tiene que analizar su valor relativo respecto al tipo de cambio de las monedas de referencia, como son el euro y el dólar.

2. El valor del bitcoin

Precio y valor son dos indicadores distintos. El primero expresa el valor de la moneda virtual sobre la base de una oferta y una demanda en el mercado, exactamente como ocurre con otras divisas. El segundo indicador señala la popularidad que la moneda virtual tiene entre los usuarios, y de ahí depende su éxito o fracaso. Es una apreciación subjetiva por sus cualidades técnicas. La escasez del bitcoin lo hace más apreciado y por ende más valioso. La consecuencia más importante de una emisión fija y decreciente es que la moneda tiende a ser inherentemente deflacionaria.

El entorno legal en Argentina

Bitcoin no es una moneda oficial. El artículo 75 de nuestra Constitución Nacional (CN), en el punto 6, le atribuye al Congreso la facultad de “establecer y reglamentar un banco federal con facultad de emitir moneda, así como otros bancos nacionales”.

En este sentido la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en su artículo 30, establece que el banco es el encargado exclusivo de la emisión de billetes y monedas de la Nación Argentina y ningún otro órgano del gobierno nacional, ni los gobiernos provinciales, ni las municipalidades, bancos u otras autoridades cualesquiera, podrán emitir billetes ni monedas metálicas ni otros instrumentos que fuesen susceptibles de circular como moneda (L. 20539, texto sust. por L. 24144 del 22/10/1992).

Asimismo en su artículo 31 la Carta Orgánica dispone que los billetes y monedas del banco tendrán curso legal en todo el territorio de la República Argentina por el importe expresado en ellos. ¿Pueden considerarse moneda extranjera? No existe una definición expresa en términos jurídicos sobre moneda extranjera. El artículo 33 de la Carta Orgánica del BCRA establece que el banco podrá mantener, una parte de sus activos externos en depósitos u otras operaciones a interés, en instituciones bancarias del exterior o en papeles de reconocida solvencia y liquidez pagaderos en oro o en moneda extranjera. Esto parece indicar que solo son reconocidas como moneda extranjera aquellas emitidas por una autoridad central del exterior.

La Unidad de Información Financiera (UIF), con fecha 4/7/2014, emitió la resolución 300, modificatoria de la resolución 70/2011 sobre Monedas Virtuales. En su artículo 2 establece que se entenderá por “Monedas Virtuales” a la “representación digital de valor que puede ser objeto de comercio digital y cuyas funciones son la de constituir un medio de intercambio, y/o una unidad de cuenta, y/o una reserva de valor, pero que no tienen curso legal, ni se emiten, ni se encuentran garantizadas por ningún país o jurisdicción. En este sentido las monedas virtuales se diferencian del dinero electrónico, que es un mecanismo para transferir digitalmente monedas fiduciarias, es decir, mediante el cual se transfieren electrónicamente monedas que tienen curso legal en algún país o jurisdicción”.

La Comisión Nacional de Valores no se ha expedido acerca de las criptomonedas en sí mismas. Sí ha efectuado indicaciones para una modalidad específica de recaudación de fondos, las ICO (“initial coin offerings” – ofertas iniciales de monedas virtuales o tokens).

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