Rosana Laureyro
*Coach Ejecutiva, Mentora en Desarrollo Profesional, Contadora Pública – Auditora
Atendiendo a la necesidad del profesional de hoy, Errepar pone a disposición nuevas herramientas para que puedas implementarlas en tus tareas laborales de forma cotidiana.
¿Qué pasó con las ganas, con el entusiasmo, la motivación? (en algún momento, sabemos que estuvieron, y nos gustaría que vuelvan)
Sentir esa energía extra al comenzar las tareas, o incluso diseñar mejoras y ser creativo; y dejar de postergar actividades (esas que no te gustan, que vas corriendo semana a semana, o la reunión que sabés que tenés que generar, pero la pospones por una u otra razón) porque simplemente tu voluntad está en menos diez.
Podemos encontrar justificantes y razones externas por cómo nos sentimos (y pueden ser muy válidas), pero me interesa que hablemos de lo que está en nuestro poder cambiar. De esa motivación interna, la que depende de nosotros (aunque si otro nos colabora en ver oportunidades, y a reconocernos como parte de ese bucle para darnos cuenta, mejor).
Mucho, tiene que ver lo que nos decimos. Esos justificantes por los cuales “nos cuesta”, “es aburrido”, “no le importa a nadie”, o lo que sea que estemos pensando.
Y sí, puede ser cierto… ¿y? ¿Eso nos ayuda a “movernos”? ¿Qué tal si pudiéramos encontrarle otro sentido?
¿Qué podés revisar?
- Identificá qué te decis, y cómo te lo justificas. La queja, las excusas… pueden ser una manera de descargarte sobre una situación, pero difícilmente te permitan encontrar alternativas para hacer algo distinto. Aquí habrá una tarea para reformular nuestro discurso.
- ¿Qué hay de bueno en tu trabajo actual? Siempre hay algo para rescatar como positivo. Porque lo que nos decimos, muchas veces son opiniones, y como tal, se pueden cambiar. Quizás viendo “más amplio”, dándole perspectiva: quizás comparándonos con nuestra propia evolución, o quizás viendo al otro cuya realidad es bien diferente a la nuestra, o poniendo a esa tarea/persona como algo más dentro de un circuito/sistema mayor.
- Que tu foco esté en ese beneficio, reformulá aquello que te estás diciendo: dejá de darle fuerza a “los no”, y así generás cierto espacio para encontrar alternativas para ser el profesional que querés: allí, en otro lugar, o con otra actividad.
No siempre vamos a estar 100% motivados, allí es donde tiene lugar la disciplina: saber qué tenemos que hacer, cuándo, y realizarlo, porque estamos convencidos del resultado que buscamos, del transitar por ese camino, y de que es bueno para nosotros.