El desplome de los mercados conspira contra la repatriación

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La ley de solidaridad social y reactivación productiva dispuso -en el impuesto sobre los bienes personales, a través de una delegación al Poder Ejecutivo-, un incremento adicional en la alícuota que se aplica sobre los bienes situados en el exterior.

Esta medida pretende incentivar la repatriación de bienes, ya que repatriando desde un 5% del patrimonio existente en el exterior se “desactiva” esta alícuota adicional.

El escenario previsto en diciembre de 2019 tenía su lógica en la opción de repatriar cierta cantidad de divisas (que hacen falta para sostener la demanda en transacciones internacionales), como una forma de mitigar la presión cambiaria en un país sin crecimiento económico; o la segunda opción es la de no repatriar fondos y contribuir a las alicaídas cuentas fiscales por la aplicación de una alícuota adicional que representa una mayor recaudación.

Sin embargo, este panorama, que parecía prometedor en el “ya lejano diciembre de 2019” cuando se aprobó esta ley, ha cambiado rotundamente.

Hoy tenemos un contexto económico perturbado por una crisis a nivel mundial originada en gran medida por la pandemia de Coronavirus (COVID-19), que ya muestra sus efectos en la caída no solo de los commodities internacionales, sino con un desplome a nivel mundial de los principales mercados financieros del mundo.

Y precisamente en esos mercados internacionales es en donde los contribuyentes que quieran repatriar bienes deben vender parte de sus activos financieros para evitar la alícuota adicional del impuesto sobre los bienes personales.

En la práctica, ello representa vender activos a un precio muy bajo en un mercado que no despierta apetito de compra. La repatriación de bienes encuentra entonces no solo un problema en la decisión de traer las divisas a la Argentina, por su historia de canje compulsivo de depósitos por bonos (año 1989) o por la pesificación compulsiva de depósitos en dólares de fines de 2001, sino que ahora se suma a la ecuación el costo de oportunidad de desprenderse de estos bienes a un precio muy bajo.

La ecuación económica cambió rotundamente, solo resta esperar si existe de parte del Poder Ejecutivo la voluntad de rever estas medidas que hacen a la repatriación, o la suerte ya está echada.

Al respecto, ya hay circulando versiones que indican que dentro de la AFIP se encuentran evaluando postergar la fecha límite para efectuar la repatriación de fondos, para no aplicar la alícuota adicional del impuestos sobre los Bienes Personales.

Para conocer más detalles acerca de la repatriación, consulte los siguientes enlaces: